El Monasterio de Santa Catalina

El Monasterio de Santa Catalina es considerado el monumento religioso más importante de Arequipa y uno de los claustros coloniales más impresionantes de América Latina. Fundado en 1579, este convento dominico funcionó en total clausura por más de 300 años, siendo un verdadero enigma para los arequipeños y viajeros de antaño. Hoy es conocido como una “ciudad dentro de la ciudad”, con 20,000 m² de extensión, muros de sillar volcánico, claustros silenciosos y calles con nombres españoles como Sevilla, Toledo y Málaga. Recorrerlo es viajar al pasado virreinal y descubrir la vida de las monjas que habitaron entre sus muros.

Historia del Monasterio de Santa Catalina

• Orígenes: Fundado gracias a la donación de la noble viuda María de Guzmán, quien se convirtió en la primera priora, el convento se erigió con el apoyo del virrey Francisco de Toledo.

• Vida en clausura: Durante siglos, fue habitado por hijas de familias adineradas, quienes ingresaban con cuantiosas dotes. El convento también acogió a monjas de bajos recursos, quienes eran sostenidas por las colectas y limosnas.

• Expansiones: Entre los siglos XVII y XVIII, el monasterio creció hasta convertirse en una pequeña ciudad independiente, con cocinas, lavanderías, capillas y calles internas.

• Apertura al público: En 1970, tras casi cuatro siglos de clausura, el convento abrió sus puertas a visitantes. Hoy, una parte sigue habitada por religiosas, mientras que el resto funciona como museo y centro cultural.

El conjunto refleja el mestizaje arquitectónico entre la tradición española y las técnicas andinas, empleando sillar blanco y rojo, arcos, bóvedas y frescos coloniales.

Cómo llegar

• Ubicación: Calle Santa Catalina 301, Centro Histórico de Arequipa.

• Desde la Plaza de Armas: el monasterio está a solo 600 metros (7–10 minutos caminando).

• En taxi: desde cualquier punto de la ciudad se llega en pocos minutos; se recomienda usar servicios autorizados.

• Accesibilidad: cuenta con silla de ruedas bajo solicitud y señalización para grupos reducidos.

Clima en Arequipa

Arequipa goza de un clima templado y seco todo el año, con más de 300 días soleados.

• Estación seca: abril a diciembre, con días despejados ideales para recorrer el centro.

• Estación de lluvias: enero a marzo, con precipitaciones esporádicas, pero clima fresco.

• Temperatura promedio: 9 °C en la madrugada y hasta 24 °C en el día.
  Consejo: lleva sombrero, bloqueador y un abrigo ligero para la tarde-noche.

Horarios y precios de ingreso

• Horario regular: lunes a domingo de 09:00 a 18:00 h (último ingreso a las 17:00).

• Visitas nocturnas: martes y miércoles hasta las 20:30 h (último ingreso 19:30).

• Días cerrados: 25 de diciembre, 1 de enero y Viernes Santo.

Precios actualizados (S/):

• Adultos (peruanos y extranjeros): S/ 45

• Jóvenes extranjeros (7–21 años): S/ 25

• Universitarios peruanos: S/ 15

• Adulto mayor peruano (60+): S/ 25

• Escolares peruanos: S/ 6

• Niños menores de 7 años: Ingreso libre

• Promociones: día 10 de cada mes y último domingo (excepto feriados nacionales): adultos S/ 15, escolares S/ 5.

Nota: el guiado no está incluido, pero se puede contratar en la puerta.

Qué ver en el Monasterio

1. Claustro del Silencio: patio sereno usado para oración.

2. Claustro de los Naranjos y Claustro Mayor: arcos, cúpulas y jardines que muestran la belleza del convento.

3. Calle Sevilla, Toledo y Málaga: pequeñas calles internas que recrean una ciudad española.

4. Cocinas coloniales: hornos de barro y utensilios originales.

5. Lavandería: sistema de tinajas de piedra volcánica que aún impresiona por su ingenio.

6. Pinacoteca: colección de arte virreinal con pinturas de la escuela cusqueña.

7. Miradores internos: vistas del conjunto y, en días despejados, del volcán Misti.

Recomendación: no te pierdas la visita nocturna, donde la iluminación convierte el lugar en un escenario místico.

Actividades recomendadas

• Visita guiada privada o grupal para conocer la simbología y anécdotas del convento.

• Fotografía arquitectónica en sus coloridas calles internas.

• Recorrido cultural combinando Santa Catalina con la Plaza de Armas, el Mirador de Yanahuara y el barrio de San Lázaro.

• Experiencia nocturna: recorrer con luces cálidas y menos turistas.

Consejos prácticos

• Usa ropa cómoda y discreta, respetando la espiritualidad del lugar.

• Dedica al menos 2 horas a la visita.

• Evita los fines de semana en la mañana, que suele haber más visitantes.

• Compra las entradas con anticipación si visitas en temporada alta (julio, agosto).

• Lleva agua y bloqueador: la radiación solar en Arequipa es intensa.

Hoteles recomendados cerca

• Lujo: Casa Andina Premium Arequipa, Palla Boutique Hotel.

• Gama media: Hotel San Agustín Posada del Monasterio, Katari Hotel Plaza de Armas.

• Económico: Le Foyer Hostel, Casona Terrace Hotel.
  La ventaja de hospedarse en el centro histórico es poder recorrer a pie Santa Catalina y otros atractivos.

Gastronomía local

La visita no está completa sin probar la cocina arequipeña. Muy cerca del monasterio encontrarás:

• Rocoto relleno con pastel de papa

• Adobo arequipeño (especialmente en domingos por la mañana)

• Chupe de camarones (plato emblemático, disponible en temporada de camarón)

• Solterito de queso

• Queso helado como postre tradicional

Itinerario sugerido de medio día

• 09:00 Ingreso a Santa Catalina.

• 09:15–11:15 Recorrido completo por claustros, calles internas y pinacoteca.

• 11:30 Café o helado en el centro.

• 12:30 Almuerzo en una picantería tradicional.

Alternativa nocturna: ingreso entre 18:00 y 19:30 para disfrutar la atmósfera iluminada.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto dura la visita? De 1.5 a 2.5 horas.
¿Puedo entrar con niños? Sí, menores de 7 años no pagan.
¿Hay visitas guiadas? Sí, se contratan en la entrada (español, inglés, francés).
¿Puedo tomar fotos? Sí, salvo en algunas áreas restringidas.
¿Cuál es la mejor época? Entre abril y diciembre, por el clima seco y cielos despejados.

Conclusión

El Monasterio de Santa Catalina de Arequipa no es solo un convento, sino un viaje a través del tiempo que combina historia, espiritualidad y arte. Su magnitud y conservación lo convierten en una parada imprescindible en la “Ciudad Blanca”. Sea de día o de noche, recorrer sus patios y calles de colores intensos es una experiencia que conecta al viajero con el esplendor colonial del Perú.