
La Calle Siete Angelitos, ubicada en el tradicional barrio de San Blas en Cusco, es uno de los rincones más pintorescos de la ciudad imperial. Hoy en día, es un atractivo turístico que mezcla historia, leyenda y arquitectura, invitando a los viajeros a caminar entre muros de piedra que guardan siglos de tradición.
🏛️ Historia y leyenda de la Calle Siete Angelitos
La Calle Siete Angelitos es uno de los rincones más encantadores del barrio de San Blas en Cusco, un lugar donde la historia y la tradición oral se entrelazan para dar vida a un mito urbano lleno de simbolismo.
📜 Origen histórico
Durante el periodo incaico, el barrio de San Blas, conocido como T’oqokachi o “hueco de sal”, era un sector habitado por sacerdotes y personajes vinculados a la vida espiritual del Imperio. Se cree que allí existían recintos ceremoniales y viviendas nobles, lo que ya le confería un aire sagrado y de respeto.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, este barrio se transformó con la construcción de casonas coloniales y la famosa Iglesia de San Blas, edificada sobre un antiguo templo inca. Fue en este contexto que surgió la tradición de la Calle Siete Angelitos.
En una de las fachadas coloniales del callejón, un noble cusqueño mandó a pintar siete ángeles alados que se distribuían a lo largo de la pared principal de su casa. Estas figuras angelicales representaban la fe cristiana y cumplían la función de guardianes celestiales, protegiendo a los habitantes de la vivienda y a quienes transitaban la callejuela empedrada.
Con el tiempo, los murales se deterioraron y las imágenes desaparecieron casi por completo, pero el nombre “Calle Siete Angelitos” quedó grabado en la memoria colectiva. Así, el lugar pasó a convertirse en un símbolo histórico y espiritual dentro del entramado urbano cusqueño.
✨ La leyenda de los Siete Ángeles
La tradición oral de Cusco sostiene que los siete ángeles que alguna vez adornaron la calle no eran simples pinturas decorativas, sino seres con poder protector. Se decía que resguardaban de enfermedades, malos augurios y desgracias a quienes cruzaban por el callejón.
Una de las leyendas más repetidas cuenta que, durante las noches, los siete ángeles descendían de la fachada para acompañar y proteger a los caminantes, sobre todo a los que volvían tarde desde la Plaza de Armas hacia San Blas. Muchos vecinos afirmaban sentir una “presencia luminosa” que los cuidaba, como si efectivamente las figuras hubieran cobrado vida.
Otra versión popular relaciona a los ángeles con la cosmovisión andina, interpretándolos como una adaptación católica de los apus o espíritus tutelares de las montañas. Según esta visión, los ángeles eran vistos como mensajeros de los dioses que custodiaban tanto el cuerpo como el espíritu de los habitantes.
🚶♂️ Qué ver y hacer en la Calle Siete Angelitos
- Fotografía y paseo colonial: Es un sitio perfecto para capturar imágenes de arquitectura cusqueña con sus balcones de madera y muros de piedra.
- Ambiente bohemio: Al estar en San Blas, encontrarás talleres artesanales, cafeterías con encanto y galerías de arte.
- Conexión con otros atractivos: La calle conecta con rincones emblemáticos como la Plaza San Blas, el mirador de San Blas y otras callejuelas históricas como la Cuesta de San Blas y la Calle Tandapata.
- Noche cusqueña: En sus alrededores existen bares y restaurantes donde se fusiona lo tradicional con lo contemporáneo, ideales para terminar el recorrido.
📍 Cómo llegar
La Calle Siete Angelitos se encuentra a pocos minutos a pie de la Plaza de Armas de Cusco. Basta con dirigirse hacia el barrio de San Blas, subiendo por la Cuesta de San Blas hasta llegar al tradicional callejón. Debido a que es una zona peatonal, la mejor forma de llegar es caminando y disfrutando del paisaje urbano.
🌤️ Clima en Cusco
Cusco presenta un clima templado seco.
- Temporada seca: de abril a octubre, con días soleados y noches frías (ideal para recorrer el centro histórico).
- Temporada de lluvias: de noviembre a marzo, con precipitaciones frecuentes que aportan frescura al ambiente.
La mejor época para visitar la Calle Siete Angelitos es durante la temporada seca, cuando las calles se iluminan con cielos despejados.
🧳 Consejos para el viajero en la Calle Siete Angelitos
Visitar la Calle Siete Angelitos es una experiencia que mezcla historia, cultura y leyenda:
👟 Ropa y calzado adecuado
- Usa calzado cómodo y con buena suela, ya que las calles de Cusco, especialmente en San Blas, son empedradas y con desniveles.
- Durante el día viste ropa ligera y una casaca cortaviento, pero no olvides una chaqueta abrigadora para la noche, cuando la temperatura baja considerablemente.
🕒 Mejor horario para la visita
- Recorre la calle en las mañanas o al atardecer, cuando la luz natural resalta los balcones coloniales y el ambiente es más tranquilo para fotografías.
- En la noche también tiene encanto bohemio, pero lo recomendable es ir acompañado.
📸 Fotografía y ambiente cultural
- La Calle Siete Angelitos es un escenario perfecto para fotografía urbana: balcones de madera, muros coloniales y callejuelas empedradas.
- Aprovecha para captar la esencia artística del barrio de San Blas, conocido por sus talleres artesanales y galerías de arte.
🛍️ Artesanía y recuerdos
- San Blas es considerado el barrio de los artesanos, así que no pierdas la oportunidad de visitar talleres de cerámica, joyería y tejidos andinos.
- Adquirir artesanía local no solo te llevará un recuerdo único, sino que también apoya la economía de familias cusqueñas.
☕ Gastronomía y descanso
- A lo largo del barrio encontrarás cafeterías bohemias con café de altura del Valle Sagrado y de la selva cusqueña.
- También puedes disfrutar de restaurantes fusión y picanterías tradicionales con platos como cuy al horno, chiriuchu o lomo saltado.
🗺️ Integrar la visita a tu recorrido
- Incluye la Calle Siete Angelitos dentro de un City Tour a pie por Cusco o en un recorrido por el barrio de San Blas.
- Puedes enlazar tu visita con la Plaza San Blas, la Iglesia de San Blas, la Cuesta de San Blas y la Calle Tandapata, que forman un circuito cultural encantador.
🔒 Seguridad y precauciones
- Cusco es una ciudad turística y en general segura, pero como en todo lugar concurrido, mantén tus pertenencias vigiladas.
- Lleva lo necesario: cámara, algo de efectivo y documentos básicos, evitando objetos de alto valor que no usarás.
❓ Preguntas frecuentes sobre la Calle Siete Angelitos
¿Dónde queda la Calle Siete Angelitos?
Está ubicada en el barrio de San Blas, a solo 10 minutos caminando desde la Plaza de Armas de Cusco. Forma parte del tradicional entramado urbano de callejuelas coloniales que caracterizan a este barrio bohemio y artístico.
¿Es segura la Calle Siete Angelitos?
Sí, es una zona turística segura, aunque siempre es recomendable mantener precauciones básicas: no portar objetos de alto valor a la vista, caminar acompañado de noche y cuidar pertenencias personales.
¿Qué más se puede visitar cerca?
En los alrededores puedes conocer:
- La Plaza e Iglesia de San Blas.
- La Cuesta de San Blas y la Calle Tandapata, famosas por sus vistas y talleres de artesanos.
- El Mirador de San Blas, con panorámicas espectaculares de Cusco.
¿Cuál es la mejor época del año para conocerla?
Cusco se puede visitar todo el año, pero la mejor época es la temporada seca (abril a octubre), cuando los cielos despejados y el clima estable permiten caminar cómodamente por las calles empedradas.
¿Se puede visitar con niños o personas mayores?
Sí, aunque al tratarse de una calle empedrada y con pendientes, se recomienda llevar calzado cómodo y caminar despacio, especialmente con niños pequeños o adultos mayores.
¿Tiene relación con la cultura inca?
Indirectamente sí. El barrio de San Blas fue una zona sagrada en tiempos incas llamada T’oqokachi y, con la llegada de los españoles, fue adaptada al estilo colonial. La historia de los ángeles representa la fusión entre la cosmovisión andina y la tradición cristiana.
¿Es un lugar recomendable para tomar fotos?
Absolutamente. Es uno de los callejones más fotogénicos de Cusco, con balcones coloniales, muros de piedra y un aire bohemio que encanta a fotógrafos y viajeros.

